Contar, crear, efectos secundarios

Los cuentos siempre se han empleado para transmitir conocimientos, generación tras generación: expresan nuestros anhelos y nuestros miedos, a la vez que aportan soluciones y comportamientos ejemplares. Hablan, en clave de fantasía, de la realidad. Y en esa omnipresente lucha entre el bien y el mal, reflejan el instinto de superación humano. Por eso son una fuente indiscutible de valores positivos para transmitir al público, ya que un buen cuento nos permite acercarnos al mundo inconsciente del niño, del adolescente y del adulto, lleno de interrogantes y zozobras; pemite a quien lo escucha o lee, crecer interiormente.

Aprender a contar cuentos favorece la conversación auténtica generando un espacio para hablar. Nos hace conscientes de todo lo que expresamos o podemos expresar con el cuerpo y con la voz. Se aprende a escuchar al otro con atención.

En este taller vamos a descubrir cómo contar cuentos nos ayuda a conocer el mundo que nos rodea y a interpretarlo. Cómo dar respuestas a la realidad de una manera diferente. Cómo dibujarla con matices.